martes, 28 de octubre de 2014

Yuan, moneda clave de la desdolarización global

Oscar Ugarteche,  Ariel Noyola Rodríguez
ALAI AMLATINA, 21/10/2014.-  La internacionalización del yuan y la
desdolarización global avanzan en paralelo. En mayor medida como
resultado de la debilidad de la economía norteamericana y menos como
consecuencia de la desamericanización. Este segundo escenario exigiría
poner en cuestión la hegemonía de Estados Unidos en su totalidad,
situación que aún no existe. Sin embargo, sí hay un progreso en diversos
mecanismos de cooperación financiera liderados por China de cara a la
incertidumbre de los mercados financieros internacionales, el
estancamiento de la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la
fragilidad de la recuperación económica mundial.
      En un primer momento, la desdolarización pretende amortiguar los efectos
de la volatilidad de los tipos de cambio, las tasas de interés y los
mercados de valores. En un segundo momento, la marcha del yuan podría
alcanzar una dimensión sistémica y enfrentar al dólar en una dura
batalla por conseguir reconocimiento global. Actualmente, más de
cuarenta bancos centrales mantienen el yuan como referencia en la
acumulación de reservas junto a las divisas dominantes (el dólar, el
euro, el yen japonés y la libra esterlina). En 1999, cuando el euro
entró en circulación, 70% de la composición de las reservas de los
bancos centrales se mantenía en dólares. A finales de 2013, la divisa
estadounidense representa 60 por ciento. En cambio, el rubro “otras
divisas” en las cuentas del FMI pasó de representar 1.62% hace 15 años a
alcanzar 6.51% a finales de 2013, básicamente por el peso creciente del
yuan.
      No hay duda de que la expansión comercial de Pekín constituye la fuerza
principal para internacionalizar su moneda. Como corolario, el Banco
Popular de China ha impulsado la firma de swaps cambiarios bilaterales.
A la fecha posee acuerdos con cerca de 25 bancos centrales. Así, el
gobierno chino creó un mercado global del yuan. Con todo, el principal
desafío de la “moneda del pueblo” (renminbi) radica en que China es un
país con doble superávit (cuentas corriente y capital) y no inyecta
yuanes a la economía mundial, situación que complica guardar yuanes en
físico. Para revertir dicha situación, el gobierno viene promoviendo la
apertura gradual de la cuenta de capital a fin de poner el yuan a
disposición de inversionistas foráneos: los depósitos denominados en
yuanes se han multiplicado por diez en los últimos cinco años. Hasta el
momento, más de 1,200 cuentas interbancarias han sido abiertas y 1.70
millones de yuanes se han colocado entre empresas y clientes
individuales. No obstante, la apertura hace más vulnerable a China
frente a los vaivenes especulativos y los procesos de apreciación
indeseables como ha ocurrido en lo que va del año.
      Fuera del continente asiático, el yuan ha conseguido apoyos importantes
en Europa. En primer lugar, el espaldarazo de la City de Londres
continúa rindiendo frutos luego de que Fráncfort, París y Luxemburgo se
lanzaran como ciudades de comercio del yuan. Recientemente se realizó
desde Londres la primera emisión de bonos soberanos en yuanes fuera de
China, los fondos servirán para financiar la acumulación de reservas en
yuanes del Banco de Inglaterra. Asimismo, las autoridades del Banco
Central Europeo (BCE) discuten la posibilidad de incluir la moneda china
en sus reservas internacionales. Es evidente que el estrechamiento de
los vínculos económicos entre Europa y Asia, culminó de manera natural,
en una mayor cooperación financiera entre ambas regiones que incluye
entre otros elementos, incrementar el uso del yuan en la facturación del
comercio: Gran Bretaña y Alemania han visto incrementados en más de
ciento por ciento sus pagos denominados en yuanes entre 2013 y 2014,
Francia y Luxemburgo en más de 40%, según los datos actualizados a
agosto de la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y
Financieras Internacionales (SWIFT, por sus siglas en inglés).
      En Rusia, el yuan también ha encontrado no sólo un aliado, sino un socio
estratégico como consecuencia de las sanciones económicas impuestas por
Occidente. China concretó, a principios de octubre, la firma de un swap
cambiario bilateral con el banco central de Rusia por un monto
equivalente a 25 mil millones de dólares, el segundo firmado con un país
integrante del grupo BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica), el primero fue con Brasil por un monto de 30 mil millones de
dólares. China es hoy día el principal socio comercial de ambos países.
El comercio entre Rusia y China sumó 89 mil millones de dólares en 2013.
El swap de divisas abre el camino para aumentar el comercio bilateral al
tiempo que opera como mecanismo defensivo frente a los bloqueos de las
cuentas rusas en dólares en Europa y Estados Unidos. Más importante aún,
ambas partes discuten actualmente poner en marcha un sistema de pagos
alternativo a SWIFT. Los problemas de congelamiento de las cuentas en
dólares por diferencias con Estados Unidos sobre aspectos de política
exterior, como los  casos de Irán, Cuba y más recientemente Francia (BNP
Paribas), podrían neutralizarse realizando operaciones bajo una nueva
institucionalidad e instrumentos de pago en proceso de convertirse en
divisas.
      Las proyecciones elaboradas por The Financial Times y The Economist
anuncian tiempos de transición: a finales de año China sobrepasará a
Estados Unidos como la primera economía mundial. En suma, China
transforma la economía mundial y el Sistema Monetario Internacional,
cada menos centrado en el dólar y abriendo espacios regionales a favor
del yuan.
- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de
Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt.
Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA)
www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org
- Ariel Noyola Rodríguez es miembro del proyecto OBELA, IIEc-UNAM.
Columnista de la revista Contralínea (México) y colaborador de la Red
Voltaire (Francia). Contacto: anoyola@iiec.unam.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario