sábado, 13 de febrero de 2016

El adiós al petróleo barato en la globalización


Gerardo Honty

Resultado de imagen para ADIOS AL PETROLEO BARATOALAI AMLATINA, 02/02/2016.-  A fines de 2015, el precio del petróleo había caído a valores propios de principios de siglo, luego de haber alcanzado un pico cercano a los US$ 150 por barril en 2008. Los pronósticos indican que los precios seguirán bajos durante 2016, algo que parece difícil de explicar en un mundo en el que cada vez es más costoso producir petróleo. Sin embargo, esta situación viene, paradójicamente, a confirmar el fin de la era del petróleo barato. Vale la pena intentar dar respuesta a lo que está sucediendo.

Crisis en petróleos convencionales y no convencionales

A principios de este siglo la amenaza del “pico” del petróleo (máximo mundial posible de producción) sobrevolaba los análisis del mercado petrolero. La evidente restricción esperada de la oferta de crudo llevó a los inversores a orientar sus recursos hacia una nueva tecnología: el “shale oil” y “tight oil” (petróleo de esquisto o de formaciones compactas). La expectativa de altos precios provocó una “revolución del shale” en los Estados  Unidos. La consecuencia fue que a partir de 2010 la producción de petróleo en ese país pasó de 0,5 a 4,5 millones de barriles diarios en 2014 (1).

Pero la máquina mató al inventor y la oferta norteamericana inundó el mercado, lo que junto a la desaceleración de la economía provocaron la baja de los precios. Las petroleras norteamericanas comenzaron a recortar gastos, vendieron activos, redujeron a menos de la mitad la cantidad de pozos, pero la mayoría de las empresas lograron sobrevivir. Sin embargo, ya por debajo de los US$ 50 el barril, empresas perforadoras como Samson Resources y Magnum Hunter Resources se han declarado en quiebra y se espera que otras las sigan (como Chesapeake, Southwestern Energy y Ultra Petroleum).

De mantenerse los precios por debajo de los US$ 50 el barril de petróleo, la crisis del shale en Estados Unidos podría arrastrar a las instituciones bancarias y financieras que lo viabilizaron, tal como fuera alertado por varios analistas (2). Pero la crisis no solo afectó a las petroleras norteamericanas: BP ha anunciado la reducción de su plantilla laboral en 15%, Pemex informó que despedirá a 13.000 trabajadores, Shell ha vendido parte de sus activos, solo por poner algunos ejemplos.

La OPEP entre tanto mantuvo altos sus volúmenes de producción (con menores costos que sus adversarios de esquisto) en un intento por demoler la industria norteamericana, según algunos analistas. Sin embargo esta estrategia resulta peligrosa pues esto afecta a las economías de los países árabes y otros estados petroleros. A tal punto que el gobierno saudita está estudiando la posibilidad de privatizar algunos sectores de la empresa petrolera nacional, Saudi Arabian Oil Co. (Saudi Aramco). Esta es la única empresa productora de petróleo saudí, posee las segundas mayores reservas de petróleo del mundo, y controla la producción de más del 10% del petróleo mundial.
En Arabia Saudita el déficit de 2015 alcanzó los 98.000 millones de dólares (el doble de lo previsto) y han  subido un 40% los precios internos del petróleo. Medidas similares se han tomado en otros países como Emiratos Árabes y Venezuela. Los estados árabes de la OPEP se enfrentan a los graves problemas políticos que desencadenan la reducción del gasto social estatal y el alza de los precios de los productos de consumo debido a la caída de los ingresos fiscales. Toda la zona se ha convertido en un polvorín.

El reingreso de la oferta iraní luego del levantamiento de las sanciones comerciales no hará otra cosa que reforzar la tendencia a bajos precios del petróleo. Los primeros mensajes lanzados desde Teherán confirman sus planes de exportar todo el crudo posible, lo cual no hará otra cosa que aumentar la sobreoferta.

La otra mirada sobre la caída de los precios está relacionada, no tanto con la “sobreoferta” de crudo, sino más bien con la “subdemanda” originada en la desaceleración la economía, particularmente de China, Brasil, Rusia y la Unión Europea. Se le suma un invierno benévolo que redujo la demanda de calefacción en Japón, Europa y Estados Unidos. Es de hacer notar que todas las materias primas se han devaluado y no solo el petróleo, expresando una fuerte contracción en los mercados de las materias primas. En la actualidad se estima que la oferta diaria de crudo está uno o dos millones de barriles por encima de la demanda. 

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