Tito Tricot
El gobierno jamás imaginó que el pueblo
chilote se levantaría en apoyo a la protesta de pescadores y
mariscadores por sus reclamaciones en torno a las consecuencias de la
denominada marea roja. Se supone que
ésta constituye un fenómeno natural configurado por la proliferación
desmesurada de microalgas que contienen toxinas y que al ser consumidas
por moluscos y éstos, eventualmente, por humanos, pueden ser
potencialmente letales.
Diversas organizaciones chilotas y
nacionales, ponen en entredicho el carácter natural del evento, puesto
que el vertimiento de 5 toneladas de desechos –salmones y truchas en
descomposición– que generan químicos
sulfhídrico de alto riesgo, por parte de la industria salmonera hace un
par de meses habría alterado significativamente el ecosistema y sino
producido, al menos agravado profundamente los efectos de la marea roja.
Pero lo que sucede actualmente en
Chiloé trasciende lo episódico y uno puede vislumbrar sin temor a
equivocarse que la rebelión chilota de mayo marcará un punto de
inflexión en la historia política reciente
del archipiélago. Es en este marco general movimental que uno puede
argumentar al menos 5 razones por lo cual nada jamás será igual en
Chiloé. La isla seguirá siendo isla, pero nunca más será isla política,
toda vez que las movilizaciones han evidenciado:
Primero: La connivencia entre el Estado y la empresas salmoneras
Durante la crisis de la industria
salmonera a causa del virus ISA, el primer gobierno de la presidenta
Bachelet actuó como garante para que los empresarios pudiesen contraer
préstamos con la banca privada por
un total de 450 millones de dólares. Ello en adición a otros
millonarios beneficios y programas. Asimismo, a pesar de los serios
perjuicios económicos, sociales y ecológicos producidos por esa misma
crisis y por la operación de la industria, el 2011 y el 2012
el SEIA de Los lagos entregó Resoluciones de Calificación Ambiental
(RCA) a 4 proyectos para aumentar hasta 16 veces su producción en las
inmediaciones de Isla Guar, en el Seno de Reloncaví.
Lo anterior, mientras tanto a los pescadores,
mariscadores y sus familias, el ministro de economía le ofrece un magro
bono de 100 mil pesos mensuales para bajovivir en condiciones
humillantes. El ministro Jorge Burgos se burla de
las demandas de los pescadores señalando que el gobierno no es de
“billetera fácil”, cuando el gana 9 millones de pesos mensuales y,
claro, siendo ministro de defensa –y antes– los gobiernos de la
Concertación jamás fiscalizaron cómo se gastaban los recursos
provenientes de la Ley Reservada del Cobre. Es decir, ahí sí existió
“billetera fácil” para las distintas ramas de las Fuerzas Armadas que
incurrieron
en graves casos de corrupción: los casos Milicogate; la compra de
las fragatas de la Armada; contrabando de armas a Croacia; aviones
mirage; el millonario patrimonio del ex comandante en jefe del ejército,
general Juan Miguel Fuente-Alba, por nombrar
algunos.
Segundo: Terrorismo medioambiental y racismo medioambiental
Tercero: La existencia de una democracia a la fuerza o democradura
Cuarto: Rol de la comunidad
Quinto: Territorialización del movimiento y politización de la demanda
Segundo. El proceso de territorialización de los
movimientos en América Latina se ha verificado fundamentalmente a partir
de la década de los noventa, y no solamente se relaciona con la tierra,
los pueblos originarios o campesinos,
sino que con la recuperación de territorios, sea en sectores rurales o
urbanos. Esto puede apreciarse también embrionariamente en Chiloé con la
participación de pescadores, buzos, profesores, feministas,
estudiantes, pobladores, comerciantes, profesionales,
algueros, organizaciones no gubernamentales, pueblos y comunas, como
Ancud, Castro, Cucao, Chonchi, Curaco de Vélez, Achao, Dalcahue, entre
muchos otros.
La territorialización de la demanda se expresa en el
anclaje de la misma en una problemática específica: la crisis
medioambiental en el archipiélago producto de la operación de la
industria salmonera. Pero, además, es política, puesto
que interpela a la responsabilidad del Estado y al modelo económico que
ha viabilizado la depredación ambiental.
La politización de la demanda del movimiento chilote,
se manifiesta en la disputa de poder territorial en las calles, aunque
en el Petitorio de la Mesa Provincial de Chiloé las 15 demandas aluden
principalmente a temas medioambientales,
en el punto 14, se señala prístinamente: “Exigimos que el representante
que nombre el gobierno, venga a entregar su propuesta a Castro, capital
provincial del archipiélago de Chiloé”. En otras palabras, el
movimiento social de Chiloé está construyendo autonomía,
con o sin permiso, transitando desde la Marea Roja a una Marea Humana.
- Dr. Tito Tricot es sociólogo, director del Centro de Estudios de América Latina y el Caribe-CEALC.
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