domingo, 15 de mayo de 2016

Brasil: Declaración del MST sobre el Impedimento de la presidenta Dilma al pueblo brasilero

El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) manifiesta su repudio e inconformismo a la decisión del Senado federal de admitir el proceso de Impedimento contra la Presidenta Dilma Roussef y apartarla del cargo temporalmente. Tenemos la certeza, como está claro en el proceso, de que la Presidenta no cometió ningún crime. Y si los crímenes fueron tales, afectan también al vice que ahora asume, así como al senador Anastasia, ex-gobernador de Minas. Por lo tanto, se trata de un golpe institucional.
Un golpe institucional y anti-democrático, que no reconoce la voluntad de 54 millones de electores y que fue orquestado por los sectores más conservadores de la sociedad, en especial el empresariado neoliberal y subordinado a los intereses de las empresas estadounidenses. Un golpe sustentado por una campaña permanente de los grandes medios de comunicación – en especial, la Red Globo –, y por la acción selectiva y mediática de sectores del poder judicial.

El golpe refrendado por el Senado no sólo desconoce la opinión de la población sobre quién debe ser el Jefe de Estado, sino que como fue anunciado por el Vice usurpador, pretende aplicar un programa recesivo, neoliberal, que le traen el triste recuerdo al pueblo brasilero de los tiempos de los gobiernos de Collor-FHC.

Este será antipopular y un retroceso social que varias veces fue rechazado por la mayoría de la población en las urnas. Incapaces de convivir con la democracia y de someterse a la voluntad popular, las élites apartan a la Presidenta sin ninguna comprobación de crimen, tan solo para que su proyecto de cortes sociales, desempleo y privatización sea llevado a cabo.

El "Puente hacia la recesión" del golpista Michel Temer sólo llevará a la acentuación de la crisis social y económica y ampliará la inestabilidad política del país.

El nuevo gobierno que se anuncia, por su historia, tampoco representa ruptura con los métodos corruptos, que todos denunciamos en las calles.

Esperamos que el Senado se redima, cuando tuviera que juzgar el mérito. Y si así no procede, las fuerzas partidarias democráticas y contrarias al Golpe deben recurrir al Supremo Tribunal Federal.

La sociedad brasilera sabe que estamos enfrentando una crisis económica, política, social y ambiental. Esta crisis no se supera con golpes. Necesita un amplio debate en la sociedad que aglutine a la mayor parte de las fuerzas populares y sociales, para lograr construir un nuevo proyecto de país que enfrente las crisis.

En relación a la crisis política instaurada, defendemos como los demás movimientos populares, que solamente una reforma política profunda, que devuelva al pueblo el derecho de escoger a sus representantes legítimos, puede ser una verdadera salida. El actual congreso no tiene las condiciones ni las quiere.

De ahí la necesidad del senado de aprobar la realización de un plebiscito que dé al pueblo el derecho de convocar a una asamblea constituyente, una reforma política que realice elecciones generales en condiciones democráticas y no viciadas por el poder económico y oligárquico, como ocurre ahora.

El MST permanecerá movilizado en defensa de la democracia y de los derechos sociales, al lado del Frente Brasil Popular y de los miles de trabajadores y trabajadoras que no aceptaron el golpe. Seguiremos siempre en lucha, contra el latifundio y el agronegocio, por la reforma agraria popular y por el derecho constitucional de todos los trabajadores rurales de tener tierra y vida digna en el campo.

No al golpe! Fuera Temer!


Coordinación Nacional del MST
Brasilia, 12 de mayo 2016

Desmonte de la integración regional

Emir Sader
 
Resultado de imagen para Desmonte de la integración regionalALAI AMLATINA, 13/05/2016.-  El ministro de economía de Argentina, Alfonso Prat-Gay, ha declarado que los cambios políticos en Brasil son “una buena oportunidad para refundar el Mercosur”. La coincidencia de gobiernos que plantean el restablecimiento del modelo neoliberal, con su política de apertura de los mercados y reacercamiento con los países del Norte, especialmente con los EEUU, posibilitaron promover el desmonte de los procesos de integración regional.
 
Esos procesos han tenido un momento decisivo cuando EEUU y Brasil estaban listos para concluir el proyecto del ALCA, que transformaría al continente en una inmensa área de libre comercio, comandada por la economía norteamericana. Sería la extensión hacia toda la región de lo que se estaba poniendo en práctica en México. (Los balances de los 20 años del Tratado entre EEUU, Canadá y México han revelado ser altamente negativos para este último. Era lo que nos aguardaba.)
 
La victoria de Lula en 2002 ha permitido que Brasil rompiera con ese proyecto, bajo la dirección de Celso Amorim en la política externa brasileña y abriera el camino hacia el fortalecimiento de los procesos de integración existentes y hacia la construcción de otros espacios de integración. Fue así que del fortalecimiento del Mercosur se avanzó hacia la fundación de Unasur, con su Consejo Suramericano de Defensa, el Banco del Sur, entre otros organismos, y que desembocara en la Celac, que cerraba definitivamente con la vigencia de la Doctrina Monroe, para que América Latina y el Caribe tuvieran finalmente un organismo propio de integración, separada de la OEA, donde la presencia de EEUU y Canadá descaracterizaban esa integración.
 
Nunca EEUU habían estado tan aislados en el continente como han estado hasta aquí en este siglo. Al mismo tiempo, América Latina había cambiado su inserción internacional, especialmente los países que han empezado a salir del modelo neoliberal. La prioridad de esos países pasó a ser la integración regional y el intercambio Sur-Sur y no los Tratados de Libre Comercio con los EEUU.
 
Esa nueva inserción ha permitido una integración más grande entre nuestras economías, a la vez que nos permitió resistir en mejores condiciones a los impactos de la prolongada y profunda crisis recesiva internacional.
 
El intercambio regional, la intensificación del comercio con China y la extensión y profundización del mercado interno de consumo popular fueron claves en esa resistencia a la recesión, que en otras condiciones nos habría llevado a la peor recesión de nuestra historia.

El peligro de la diversidad


Jorge Majfud
 
Resultado de imagen para Pat Buchanan,ALAI AMLATINA, 10/05/2016.- El dos veces candidato presidencial por el partido Republicano, Pat Buchanan, ha expresado su apoyo al actual candidato Donald Trump. Aunque con estilos y suertes diferentes, ambos comparten ideas e ideales en materia de inmigración y política exterior. Ambos, razonablemente, se han manifestado en contra de la guerra en Iraq y los tratados de libre mercado. Las alternancias en el poder tienen esa ventaja; un mismo partido, y a veces un pueblo entero, puede borrar con el codo lo que escribió con la mano. Irak no los diferencia demasiado del socialista Bernie Sanders. Ambos conservadores, como los presidentes de este país en el siglo XIX, son proteccionistas en materia económica, lo cual es una novedad ente los neoconservadores, campeones del libre mercado, que de cualquier forma nunca fue libre como bien lo saben las corporaciones que se reparten el mundo en nombre de la libertad y la libre competencia.
 
Lo interesante es que este proteccionismo no es económico sino racial.
 
En 2006, Buchanan publicó el libro State of Emergency: The Third World Invasion and Conquest of America (Estado de emergencia: la invasión del Tercer mundo y la conquista de Estados Unidos) donde, básicamente, criticaba la inmigración ilegal. Como se puede sospechar, la legalidad es una recurrente excusa que cubre otras motivaciones más profundas. En una entrevista a NPR, la excelente Radio Pública de Estados Unidos, el 5 de mayo de 2016, Buchanan se expresó de una forma más espontánea, por no decir psicoanalítica.
 
La periodista le recordó algunos conceptos de su libro, en el cual afirmaba que “si no tomamos control de nuestras fronteras, para el año 2050 los estadounidenses descendientes de europeos serán una minoría en la nación que nuestros ancestros crearon y construyeron”. Está claro que en esta confesión la ilegalidad (aquello de “no estamos contra la inmigración; estamos contra la inmigración ilegal”) no es lo que más preocupa. La inmigración ilegal está normalmente compuesta de hombres y mujeres de piel oscura, marginados en sus propios países latinoamericanos, por indios o por pobres, despreciados y explotados aquí por los empresarios que no encuentran ciudadanos dispuestos a trabajar, y despreciados y expulsados de allá, de sus propios países de origen, a los que luego agradecen con millonarias remeses que envían para ayudar a sus familias y que indirectamente terminan en las manos de los mismos señores de siempre, los “creadores de empleo”. Sólo México recibe más dinero por remesas que envían los pobres que por el petróleo que administran los ricos, y es el principal ingreso de divisas en países como Honduras.
 
Según Pat Buchanan, para darse cuenta del problema basta con ver lo que está pasando en Europa y en todo el mundo: hay conflictos terribles por culpa de las diferencias étnicas y de identidad, de lo cual, se deduce, deberíamos renunciar al mayor logro de la Era moderna (y de otros períodos más antiguos) cuando se dejó de demonizar la diversidad y la igualdad en la diferencia, para convertirnos en lo que Fernando e Isabel lograron en España en 1492: la unidad de un país, no por la integración de lo diverso sino por la eliminación del otro: un país con una lengua única, una raza única, una religión única en la sociedad más diversa de la Europa e entonces. En 1492 los reyes católicos expulsaron a los judíos y a los moros, tan “hispanos” (o españoles, si forzamos la historia para adaptarla a la percepción el presente) como cualquier cristiano. Luego los convertidos fueron expulsados de nuevo, ya que para una mentalidad purista (fascista, en términos modernos) apenas se limpian las diferencias mayores, las menores, los tonos se convierten en diferencias fundamentales, y así, como en muchas otras partes del mundo de hoy, uno no alcanza a distinguir a uno del otro y ellos se matan por sus diferencias.
 
¿Qué en la Europa hoy en día hay conflictos por culpa de las diferencias raciales? Claro, porque en la Europa de ayer se mataban por diferencias religiosas, como en la Matanza de San Bartolomé, donde en pocos días cristianos masacraron a varios miles de cristianos por diferencias de interpretación sobre el bien y la verdad. Porque en Europa los Nazis advirtieron el mismo problema a tiempo y para evitar la violencia procedieron a eliminar la horrible y corrupta diversidad. Claro, porque en Estados Unidos nunca hubo discrepancias ni con los negros ni los indios ni con los mexicanos porque se los expulsó de sus tierras a punta de fusil. Una vez, en un edificio público, encontré la historia de Estados Unidos narrada con pequeñas estatuas blancas. En una, un indio se enfrentaba a un temible oso y más abajo una leyenda aclaraba: “los mayores peligros que los indios debían enfrentar por entonces”.
 
Más adelante, Pat Buchanan, con esa voz de Donald Trump, siempre cargada de una elocuencia que enamora a los conservadores más pobres, confiesa su ideal de inmigrante para una nación virtuosa, lo que recuerda a Domingo Sarmiento en la Argentina del siglo XIX y a varios gobiernos de Estados Unidos y de Europa durante… bueno, durante casi toda su historia:
 
Este país tuvo un éxito enorme con la inmigración que llegó desde 1890 hasta 1920. Por entonces, llegaba mucha gente de la Europa del Este y de la Europa del Sur. Esa gente venía y se asimilaba, se americanizaba, aprendía inglés, y así fue como creamos un país unido de verdad; el 97 por ciento hablaba inglés en 1960”.
 
El “país unido de verdad” vivía bajo un régimen de apartheid, nunca nombrado como tal. Ni los negros ni los hispanos de piel oscura, ni los judíos ni los italianos ni ningún no-asimilado podía siquiera usar servicios reservados para los blancos asimilados, es decir, blancos ex discriminados, como los italianos, los judíos o los irlandeses que aprendieron cómo se hace teniendo la piel blanca. El “enorme éxito” no incluye la discriminación, ni el KKK, ni la Gran Depresión de los años 30 durante la cual fueron expulsados medio millón de mexicanos, la mayoría de ellos ciudadanos legales de este país.
 
Durante el idílico periodo mencionado por Buchanan, llegaron irlandeses, horribles mujeres y hombres de pelos rojos. No hace mucho Noam Chomsky me comentaba en Boston que allí, en una de las ciudades más civilizadas de la época, había carteles en los restaurantes prohibiendo la entrada a perros e irlandeses. El mismo Chomsky recordaba que en 1924 se había aprobado una ley para filtrar la inmigración de italianos y judíos, ya que se prefería a los europeos del este y no por casualidad muy pocos judíos fueron admitidos como refugiados mientras eran masacrados en Europa. Nunca hubo ni hay animosidad alguna contra inmigrantes de Europa del Este, como la esposa de Donald Trump, que demuestra que los inmigrantes hacen trabajos que los americanos no quieren hacer. De ahí la simpatía de Trump por líderes como Putin y su odio por los híbridos de piel oscura resumido en los mexicanos.
 
En pocas palabras: no somos racistas ni estamos contra la inmigración legal, pero una América blanca es lo que debemos preservar.
 
Buchanan observa, con pesar, que hoy en día en California en la mitad de los hogares se habla una lengua que no es inglés. La periodista pregunta qué tiene de malo la diversidad lingüística y Buchanan responde: “aquel que crea que un país se puede sostener sin una unidad étnica y lingüística es profundamente ingenuo, y mi misión no es hacer feliz a la gente sino decir la verdad”. Luego, con amargura de viejo y elocuencia infantil, concluye “se trata del país en el que crecí; era un buen país”.
 
El país en el que Pat Buchanan y su generación creció era asolado por el macartismo, el antisemitismo, por los últimos coletazos de los nazis estadounidenses manifestándose en marchas a favor de Hitler, por una brutal segregación racial donde hasta el matrimonio interracial estaba prohibido por ley y la secta del Ku Klux Klan actuaba impune, donde los japoneses eran recluidos en campos de concentración por el solo hecho de tener cara de japoneses y un largo etcétera.
 
El lado positivo: estas son las típicas reacciones de la retirada: a lo más que podrían aspirar es a ganar el gobierno en 2016, cosa por demás improbable (la única batalla decisiva estará en Florida). Pero aún en caso que lo lograran, estarían confirmando el hundimiento del partido Republicano, una secta, a esta altura, que no quiere ver la realidad de este país. El imparable cambio demográfico, como un tsunami, les pasará por encima tarde o temprano. ¿Cómo ganar elecciones teniendo a las minorías, que ya son la mayoría, en su contra?
 
El gran Thomas Jefferson tampoco escapó al racismo de su época, pero en 1789 tuvo uno de sus varios momentos de lucidez: la Tierra le pertenece a los vivos, no a los muertos.
 
Jorge Majfud, 2016
 

Chile: De la marea roja a la marea humana o 5 razones del movimiento social de Chiloé

Tito Tricot
 
Resultado de imagen para MOVIMIENTO SOCIAL DE CHILOEALAI AMLATINA, 09/05/2016.- El archipiélago de Chiloé es de esos trozos de tierra que parece desbocarse casi sin remedio al precipicio del mar. O, quizás, el mar trepa sin suerte alguna a aquellas trizas de colinas y bosques antiguos. Un entramado de tierra y mar que se mueve al ritmo de la magia, pero hoy lo estremece un movimiento social: un movimiento sísmico de grado insospechado.
 
 El gobierno jamás imaginó que el pueblo chilote se levantaría en apoyo a la protesta de pescadores y mariscadores por sus reclamaciones en torno a las consecuencias de la denominada marea roja. Se supone que ésta constituye un fenómeno natural configurado por la proliferación desmesurada de microalgas que contienen toxinas y que al ser consumidas por moluscos y éstos, eventualmente, por humanos, pueden ser potencialmente letales.
 
 Diversas organizaciones chilotas y nacionales, ponen en entredicho el carácter natural del evento, puesto que el vertimiento de 5 toneladas de desechos –salmones y truchas en descomposición– que generan químicos sulfhídrico de alto riesgo, por parte de la industria salmonera hace un par de meses habría alterado significativamente el ecosistema y sino producido, al menos agravado profundamente los efectos de la marea roja.
 
 Pero lo que sucede actualmente en Chiloé trasciende lo episódico y uno puede vislumbrar sin temor a equivocarse que la rebelión chilota de mayo marcará un punto de inflexión en la historia política reciente del archipiélago. Es en este marco general movimental que uno puede argumentar al menos 5 razones por lo cual nada jamás será igual en Chiloé. La isla seguirá siendo isla, pero nunca más será isla política, toda vez que las movilizaciones han evidenciado:
 
 Primero: La connivencia entre el Estado y la empresas salmoneras
 
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  Durante la crisis de la industria salmonera a causa del virus ISA, el primer gobierno de la presidenta Bachelet actuó como garante para que los empresarios pudiesen contraer préstamos con la banca privada por un total de 450 millones de dólares. Ello en adición a otros millonarios beneficios y programas. Asimismo, a pesar de los serios perjuicios económicos, sociales y ecológicos producidos por esa misma crisis y por la operación de la industria, el 2011 y el 2012 el SEIA de Los lagos entregó Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) a 4 proyectos para aumentar hasta 16 veces su producción en las inmediaciones de Isla Guar, en el Seno de Reloncaví.
 
Lo anterior, mientras tanto a los pescadores, mariscadores y sus familias, el ministro de economía le ofrece un magro bono de 100 mil pesos mensuales para bajovivir en condiciones humillantes. El ministro Jorge Burgos se burla de las demandas de los pescadores señalando que el gobierno no es de “billetera fácil”, cuando el gana 9 millones de pesos mensuales y, claro, siendo ministro de defensa –y antes– los gobiernos de la Concertación jamás fiscalizaron cómo se gastaban los recursos provenientes de la Ley Reservada del Cobre. Es decir, ahí sí existió “billetera fácil” para las distintas ramas de las Fuerzas Armadas que incurrieron  en graves casos de corrupción: los casos Milicogate; la compra de las fragatas de la Armada; contrabando de armas a Croacia; aviones mirage; el millonario patrimonio del ex comandante en jefe del ejército, general Juan Miguel Fuente-Alba, por nombrar algunos.
 
Segundo: Terrorismo medioambiental y racismo medioambiental
 
Resultado de imagen para MOVIMIENTO SOCIAL DE CHILOEEl Estado avaló, mediante sus instituciones –la Armada y Sernapesca, por ejemplo–la reciente descarga en marzo de salmón descompuesto y altamente tóxico en el mar. Pero no tan sólo eso, sino que por décadas el Estado ha entregado concesiones a las transnacionales salmoneras que han contaminado las costas interiores de la provincia de Chiloé. Además, el monocultivo intensivo ha llevado a cabo las fases más contaminantes del proceso productivo en sus costas, lagos y fiordos. Chile se ha transformado en el segundo productor y exportador de salmón en el mundo, pero las utilidades se las llevan las transnacionales, en este caso principalmente noruegas, mientras los trabajadores –subcontratados mayoritariamente– laboran en precarias condiciones. El medioambiente es víctima de terrorismo ambiental y de racismo ambiental porque habitando también allí Huilliche, su Ñuke Mapu y su Lafken ancestral, no son respetados. Al igual que en el territorio mapuche histórico donde el 70% de los vertederos se encuentra ubicado en comunidades. El terrorismo y racismo ambientales violan los derechos de la naturaleza, los derechos humanos, y los derechos colectivos de los pueblos indígenas.
 
Tercero: La existencia de una democracia a la fuerza o democradura
 
Resultado de imagen para MOVIMIENTO SOCIAL DE CHILOEComo habitualmente acontece ante demandas sociales, el gobierno responde con amenazas, ya sea a nivel discursivo o factualmente, rehusándose a dialogar, salvo que se depongan las movilizaciones. Es decir, privando a las organizaciones sociales del elemental derecho a protestar o bregar por sus reivindicaciones y demandas. Luego, ante la persistencia de los sectores movilizados por proseguir su accionar, las autoridades se ven en la obligación de establecer negociaciones pero bajo parámetros delimitados por ellos. Es la democracia restringida que es simultáneamente respaldada por contingentes de Fuerzas Especiales de Carabineros transportadas a la isla por aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea. Es decir, la democracia a la fuerza: la democradura.
 
Cuarto: Rol de la comunidad
 
Resultado de imagen para MOVIMIENTO SOCIAL DE CHILOEUna de las características más relevantes del movimiento social chilote lo constituye el rol asumido por la comunidad en el despliegue de la organización, la construcción del discurso, y el accionar de las movilizaciones de los últimos días. Ha tendido a prevalecer, al igual que en otros movimientos en América Latina, una lógica más horizontalista, menos jerarquizada y apartidista. No es, por cierto, una comunidad homogénea, una especie de entelequia, sino que una conjunción de sectores sociales, económicos, organizaciones,  emanada desde los barrios, cerros, campo, mar, puertos, pueblos, que se aglutinan en torno a espacios comunitarios que, o son recuperados, o se intentan recuperar en tanto comunidad identitaria, cultural,  social, con demandas comunes. La comunidad se ha reencontrado consigo misma, ha redescubierto su energía, su teluridad, su memoria de siglos. Esto es lo que ha permitido que el movimiento se haya desplazado desde el canal Chacao hasta Quellón y que los chilotes hayan tenido la capacidad de cercar los pueblos, impidiendo el paso de la policía y desconcertando al gobierno. Además la fuerza movimental, que sobrepasó con creces las demandas de apoyo económico temporal a la familias directamente afectadas por la marea roja, desautorizó a algún dirigente que había negociado con las autoridades “por una mugre de plata”, como el mismo reconoció.
 
Quinto: Territorialización del movimiento y politización de la demanda
 
Resultado de imagen para MOVIMIENTO SOCIAL DE CHILOEEl movimiento chilote ha territorializado su demanda y sus movilizaciones; esto significa, no sólo que desde el mar pasó a la tierra con las reclamaciones de los pescadores artesanales como detonante, sino que la demanda adquirió una calidad chilota. Ya dejó de ser sólo una reivindicación económica, justa y legítima, sino que adquirió una dirección y horizonte político, por al menos dos razones. Primero, territorializar la demanda movimental implica mucho más que extender las movilizaciones –cortes de ruta, bloqueos, barricadas, manifestaciones– geográficamente. Significa entender el territorio, además de un lugar geográfico, como un espacio social que se construye y se le otorga sentido culturalmente. Es un espacio simbólico, identitario, que contiene memoria, historia y posibilidad de futuro colectivo. Es un espacio de disputa de poder. Por consiguiente, el movimiento chilote, lo declare o no, lo explicite o no, es un movimiento político.
 
Segundo. El proceso de territorialización de los movimientos en América Latina se ha verificado fundamentalmente a partir de la década de los noventa, y no solamente se relaciona con la tierra, los pueblos originarios o campesinos, sino que con la recuperación de territorios, sea en sectores rurales o urbanos. Esto puede apreciarse también embrionariamente en Chiloé con la participación de pescadores, buzos, profesores, feministas, estudiantes, pobladores, comerciantes, profesionales, algueros, organizaciones no gubernamentales, pueblos y comunas, como Ancud, Castro, Cucao, Chonchi, Curaco de Vélez, Achao, Dalcahue, entre muchos otros.
 
La territorialización de la demanda se expresa en el anclaje de la misma en una problemática específica: la crisis medioambiental en el archipiélago producto de la operación de la industria salmonera. Pero, además, es política, puesto que interpela a la responsabilidad del Estado y al modelo económico que ha viabilizado la depredación ambiental.
 
La politización de la demanda del movimiento chilote, se manifiesta en la disputa de poder territorial en las calles, aunque en el Petitorio de la Mesa Provincial de Chiloé las 15 demandas aluden principalmente a temas medioambientales, en el punto 14, se señala prístinamente: “Exigimos que el representante que nombre el gobierno, venga a entregar su propuesta a Castro, capital provincial del archipiélago de Chiloé”. En otras palabras, el movimiento social de Chiloé está construyendo autonomía, con o sin permiso, transitando desde la Marea Roja a una Marea Humana.
 
- Dr. Tito Tricot es sociólogo, director del Centro de Estudios de América Latina y el Caribe-CEALC.