François Soulard, Germà Pelayo
ALAI AMLATINA, 26/08/2016.-
“Al río que todo lo arranca lo llaman violento,
pero nadie lama violento al lecho que lo oprime”. - Bertold Brecht
pero nadie lama violento al lecho que lo oprime”. - Bertold Brecht
“No
es la tierra esta vez la que se mueve, somos nosotros, migrantes. Los y
las migrantes, todas las personas que vivimos las diversas formas de
movilidad humana, somos parte consustancial
de las nuevas realidades mundiales y también una expresión emblemática
de sus contradicciones y desafíos”.
Carta latinoamericana de migrantes
Carta latinoamericana de migrantes
Las migraciones humanas no dejan de ser el
fenómeno transnacional más compulsivo e indicador de la vejez de los
antiguos mundos que no terminan de morir o que tratan de renacer bajo
formas más regresivas. Frente a la globalización
capitalista “de la destrucción” como lo recalcó el reciente Foro social
mundial de migraciones desarrollado en Brasil (julio 2016), los y las
migrantes se constituyen como partículas éticas, interculturales,
eróticas, comunicacionales, civilizatorias, portadoras
de alternativas y de otros mundos que chocan con las fronteras
excluyentes de un mundo peligrosamente enredado en el pasado. Una de
estas fronteras tiene que ver con la resistencia para resignificar la
movilidad humana como un nuevo horizonte social y político.
Esta resistencia, cuya agudización llega a una verdadera negación del
terremoto humano migratorio, no es exclusiva al campo de las
migraciones. Forma parte de lo que podríamos llamar una gran batalla
ética, política y cultural para abrazar, interpretar y disputar
las inéditas transformaciones traídas por la mundialización del
planeta.
Siempre es útil volver a dimensionar la
amplitud del “rumbo migratorio” tomado por el orden global, hoy marcado
por una movilidad humana compulsiva comparable a la que ocurrió durante
la segunda Guerra mundial. Se estima
actualmente un total aproximativo de mil millones de migrantes, entre
ellos 250 millones de migrantes transnacionales (concentrados
principalmente en 10 países de destino) y 750 millones de migrantes
internos, representando un total 30% de la fuerza laboral
planetaria.
Dentro de este conjunto, existen 52 millones
de refugiados y 50 millones de desplazados climáticos que deberían
alcanzar los 250 millones en las próximas décadas debido a la tendencia
anunciada del cambio climático. Los países
industriales alojan actualmente solo un 14% de los refugiados, mientras
los países emergentes o en desarrollo incluyen el 86% (la población de
ciertos países como el Líbano siendo compuesta por un cuarto de
refugiados/as). En los principales países occidentales
centrales de destino, los migrantes llegan a generar una riqueza
económica alcanzando hasta un tercio del PBI nacional como en el caso de
los Estados Unidos. Las migraciones, que podemos calificar
mayoritariamente como femenizadas, forzadas, invisibilizadas,
precarizadas y subreguladas, generan un impacto político-cultural
creciente todavía poco analizado en los países o regiones destinatarias.
Antes de reforzar el trazado de las
fronteras, hoy los muros anti-migratorios parecen haberse endurecido en
el interior de las subjetividades, de los imaginarios y los espacios de
decisión política. En el terreno subjetivo,
la gran desaceleración económica iniciada a partir del 2008, sumada a
los efectos subterráneos de una nueva geopolítica comunicacional y
emocional, han hecho volver a las pasiones en el campo político, para lo
mejor y naturalmente para lo peor. El miedo y
sus derivados irracionales han contaminado peligrosamente la brújula
política, con una instrumentalización ampliamente cosechada por los
sectores políticos de ultra-derecha como lo vemos en Europa, en EEUU y
otros países emergentes[i].
A nivel del imaginario, la migración contemporánea sigue polarizada por
esquemas de interpretación elaborados en época donde ordenaban los
conceptos de potencia militar, de centralidad occidental, de uniformidad
cultural y de enclave nacional heredados del
equilibrio westfaliano. ¿Qué nos enseña en la realidad? En cincuenta
años, solo aumentó de 2% a 3% la proporción de migrantes transnacionales
en proporción a la población mundial, al contrario de las prospectivas
de hace varias décadas que predecían una migración
masiva procedente de la ex-URSS, de los países del Este europeo o de
África. En el corazón de Europa, hasta el Bundesbank de Alemania ha
evidenciado la necesidad de integrar anualmente 200 000 migrantes para
mantener su dinamismo económico[ii].
La actual migración de miles de ciudadanos españoles a Marruecos para
encontrar una salida laboral es también una señal de época. Estos datos,
si bien son de carácter económico, se puede extender a casi todos los
países industriales y da una idea del “imaginario
paralelo” en el cual se aísla (o manipula) la comprensión de la
cuestión migratoria.
Asimismo, en una gran parte de la clase
política de los países centrales y más moderadamente en ciertos países
emergentes, el relato parece haberse entregado a una suerte de triple
retórica instrumental, securitaria y negacionista.
Por un lado, la situación de crisis migratoria está dramáticamente
convertida en un elemento de marketing político-electoral en vez de ser
elevada como una cuestión política transnacional de largo plazo. Las
migraciones están apuntadas tanto como una causa
negativa de una Unión Europea “coladora”, tanto a una amenaza a la
seguridad laboral, física, identitaria, eventualmente asociada a la
amenaza terrorista. Por otro lado, predominan enfoques defensivos y
tecnicistas en las políticas estatales, es decir basadas
en un monopolio del Estado sobre la prerrogativa migratoria, donde se
recurre a un arsenal de dispositivos de vigilancia, externalización y
control fronterizo que se han venido desplegado nítidamente a partir del
giro geopolítico iniciado en el año 2001.
A fin de cuentas, el ámbito político está dando la espalda a la vez a
los argumentos científicos, históricos y éticos sobre las migraciones, e
in fine al rol mismo de la política para elaborar una respuesta a la
altura de un fenómeno tan permanente, inevitable
y transnacional como la movilidad humana. Obviamente, no hay respuestas
binarias frente a un fenómeno complejo como la actual movilidad humana.
Pero en lo general es evidente que en vez de ir hacia una construcción
política ampliada de este tema, las autoridades
públicas se han dejado arrinconar en una estrechez
imaginaria-discursiva, que termina abundando aún más a la desesperación
humana y los huecos existentes en la regulación de las migraciones.
Frente a este escenario, los/as migrantes nos
invitan a desandar los muros perceptivos y reflexivos para entender
profundamente el nuevo lenguaje que están escribiendo sobre el poder
mundial. La movilidad humana es en definitiva
el otro nombre de una fuerza social diseminada que está empujando un
mundo transnacional, intercomunicado, desterritorializado,
sociointegrado, impactando de pleno en la arquitectura del tablero
global. Mientras los promotores de la globalización excluyente
tienden a replegarse detrás de los nacionalismos, de la
hiperconcentración de riqueza y de la cobardía ética, las rutas
migratorias tejen a contramano una comunidad transnacional,
pluricultural, multipolar, solidaria y horizontal, no exenta de
contradicciones
por supuesto, pero en búsqueda y en permanente ensayo existencial.
“Migrar para vivir y sobrevivir” como lo dicen las emotivas banderas
migrantes. Migrar finalmente para no marchar detrás de la
“necropolítica” de la globalización neoliberal, sino para abrazar
una posibilidad de mundialización humanizadora y prefigurar una suerte
de proto-política global de solidaridad, igualdad y de convivencia
planetaria[iii].
En el fondo, subyace una formidable provocación para descolonizar
nuestras visiones de nosotros mismos y de nuestra inserción en el mundo.
En este sentido, las organizaciones migrantes
parecen visualizar más claramente la necesidad de intensificar la
disputa imaginaria-cultural para pujar hacia un horizonte digno de
movilidad. Varios encuentros desarrollados
estos últimos años denuncian cada vez más la agudización del paradigma
economicista y securitario, sostenido por los vendedores de odios, de
mitos y mentiras, amplificado por los medios hegemónicos, que asfixia la
capacidad política para instalar nuevos escenarios.
La situación europea o el rumbo poco audaz tomado por la cumbre de alto
nivel de Naciones Unidas prevista en septiembre 2016[iv]
ilustran esta grieta. Se exige una nueva arquitectura multilateral con
mecanismos vinculantes. Pero ¿qué esperar del régimen de balkanización
actual de las relaciones internacionales? Como lo resaltaron los debates
del Foro de migraciones de São Paulo, esta
batalla política incluye la lucha informativa pero tiene que ver sobre
todo con una amplia batalla comunicacional. Es una lucha para cuestionar
la negación migratoria y resignificarla desde un lugar positivo,
realista y deseable, creando escenarios de alianzas
y de confrontaciones con otros actores de la sociedad, de forma
inseparable con las luchas por los derechos humanos. Uno de estos
escenarios tiene que ver con las experiencias locales que demuestran
itinerarios de integración factibles y exitosos, inseparable
de un horizonte epocal de confrontación post-neoliberal. Otro escenario
tiene que ver con el espacio público, las resistencias populares y el
movimiento micromediático creciente en varias regiones que puede ayudar
en visibilizar los movimientos migratorios.
Parece que estos escenarios son pasos previos para desplazar a las
tendencias mortíferas, acumular fuerzas para cambiar los marcos de
regulación y construir caminos instituyentes hacia nuevas mundialidades.
- François Soulard y Germà Pelayo, Carta mundial de migrantes/Foro Democrático Mundial
[i]
Fear is not a good counsellor, Roberto Savio, Other News
http://www.other-news.info/ 2016/05/fear-is-not-a-good- counsellor/
[ii]
Alemania necesita 200 000 inmigrantes por año
http://fadep.org/blog/ principal/migracion/alemania- necesita-200000-inmigrantes- por-ano/
[iii]
O de « gobernanza social mundial » como lo
sugiere Bertrand Badie (rencontre internationale Pour une gouvernance
alternative des migrations, mai 2015).
[iv]
UN Deadlocked Over Draft Agreement on Refugees and Migrants
http://www.nytimes.com/2016/ 08/02/world/americas/un- united-nations-refugees- migrants.html?_r=0
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